jueves, abril 17

USP Canaan: La prisión donde la seguridad no está garantizada

Canaan Township, Pennsylvania. La USP Canaan se encuentra al este de Scranton y al norte de Filadelfia, escondida entre carreteras secundarias y alejadas de la vista del ciudadano común. Una prisión de máxima seguridad que alberga a algunos de los criminales más peligrosos del sistema federal de los Estados Unidos.

Con una infraestructura diseñada para contener hasta 1,088 internos y rodeada por cercas electrificadas letales, la USP Canaan se presenta como una fortaleza impenetrable. Sin embargo, lo que ocurre tras sus muros revela una historia diferente, donde la violencia, la supervivencia y el miedo son parte del día a día.

Una prisión nacida del control y el aislamiento

Inaugurada en marzo de 2005 con una inversión de 141 millones de dólares, la USP Canaan fue diseñada para mantener el orden con métodos de contención extremos. Su estructura en forma de “V”, sus seis torres de vigilancia y su patio central con una torre de seguridad son símbolos de su objetivo: evitar fugas y mantener a los reclusos bajo estricto control. Sin embargo, a pesar de su diseño imponente, la prisión se ha convertido en escenario de varios asesinatos y episodios de violencia que desafían el propósito de su creación.

La rutina de un interno: entre el control y el caos

Quienes han pasado por la USP Canaan describen una rutina estricta donde cada movimiento está vigilado. Las celdas, de apenas 4 metros por 2 metros, suelen ser compartidas por dos internos. Equipadas con una litera, un lavamanos e inodoro de acero inoxidable y un pequeño escritorio con un asiento fijo, estos espacios no permiten mucho más que lo básico para la supervivencia. El día comienza temprano, con el conteo de los presos antes del desayuno. Después, los internos pueden participar en actividades limitadas, como tiempo en el patio o trabajos asignados por la administración.

Pero detrás de esta rutina, las reglas no escritas del penal dictan la verdadera ley. “No puedes confiar en nadie. Aquí, una mirada equivocada puede costarte la vida”, cuenta un ex interno que cumplió sentencia en la prisión.

USP Canaan: Un historial de violencia imparable

Desde su apertura, USP Canaan ha sido escenario de asesinatos que revelan la brutalidad de la vida dentro del penal. En 2010, el recluso Allen Hurley asesinó a Joseph O’Kane, un asociado de la familia Gambino, propinándole 92 puñaladas en su celda. Ese mismo año, otro interno, José Antonio Pérez, fue apuñalado en el cuello.

En 2013, la violencia alcanzó al personal de la prisión cuando el interno Jessie Con-ui, un miembro de una banda criminal, asesinó brutalmente al oficial de correcciones Eric Williams. Con-ui, quien estaba por completar una sentencia federal antes de ser transferido para cumplir cadena perpetua por otro crimen, atacó al guardia sin provocación aparente. El asesinato conmocionó al sistema penitenciario y elevó las medidas de seguridad dentro del penal.

Un ambiente de supervivencia constante

Dentro de la prisión, los reclusos encuentran formas de adaptarse a su realidad. La economía interna se rige por artículos de la comisaria: café instantáneo, fideos y sellos postales sirven como moneda de cambio. Los favores se pagan con intereses, y una deuda puede convertirse en una sentencia de muerte.

La salud también es una preocupación constante. En 2011, una epidemia de salmonella afectó a 300 internos y varios empleados tras el consumo de pollo en mal estado. Aunque ningún interno murió, el incidente demostró las deficiencias en el sistema de alimentación y control sanitario.

Visitar Canaan USP: Una experiencia controlada

USP Canaan Visit

Para los familiares y abogados que visitan a los internos, la experiencia es meticulosamente supervisada. Los visitantes deben pasar por rigurosos controles de seguridad, y cualquier indicio de intento de contrabando puede significar la prohibición de futuras visitas. Dentro de la sala de visitas, el contacto físico está restringido, y las conversaciones son monitoreadas.

Un abogado que ha trabajado con internos de USP Canaan describe la prisión como “una de las más tensas en las que he estado. No importa cuánto control tengan los oficiales, siempre hay una sensación de peligro en el aire”.

or lo tanto, en condiciones reguladas, los representantes de los medios de comunicación cualificados pueden visitar las instituciones para recopilar información sobre programas y actividades o para realizar entrevistas.

Una prisión que sigue siendo un misterio

A pesar de los esfuerzos por mantener la USP Canaan bajo control, la violencia y las tensiones internas continúan. Mientras el sistema penitenciario sigue encarcelando a los criminales más peligrosos del país, prisioneros y funcionarios siguen luchando por la supervivencia en un lugar donde la seguridad nunca está garantizada.

USP Canaan no es solo una prisión; es un microcosmos donde las reglas cambian a diario y donde cada recluso debe aprender a navegar un mundo donde la violencia es la norma y la confianza un lujo inalcanzable.

Gilberto

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