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Transición política en Siria y el fin de Bashar al-Assad.

Siria está experimentando un momento histórico tras la caída del régimen de Bashar al-Assad, que lideró el país durante más de 24 años. Este acontecimiento marca el inicio de una compleja transición política que promete redefinir el futuro de la nación y de toda la región.

Sin embargo, el camino hacia la estabilidad está lleno de desafíos, desde la reorganización del poder político hasta la grave crisis humanitaria.

“Siria en transición: El futuro tras Bashar al-Assad”

La coalición rebelde liderada por el grupo Hayat Tahrir al-Sham (HTS) ha asumido un papel central en la nueva etapa política de Siria. Mohammed al-Bashir ha sido nombrado primer ministro interino, mientras que Abu Mohammed al-Golani, líder del HTS, ha instado a los combatientes a deponer las armas para facilitar un período de transición que se extenderá hasta marzo de 2025.

A pesar de los esfuerzos por estabilizar el país, las tensiones entre las facciones rivales persisten. El Ejército Nacional Sirio (ENS), respaldado por Turquía, y las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), con apoyo de Estados Unidos, buscan mantener su influencia en el nuevo panorama político.

Crisis humanitaria: Desplazamiento masivo y servicios colapsados.

La caída del régimen de Bashar al-Assad en Siria ha tenido un impacto significativo en la ya precaria situación humanitaria del país. Los principales efectos son la crisis de desplazados, el colapso de servicios básicos y el riesgo de inestabilidad y violencia. El aumento del flujo de refugiados, las tensiones sectarias y la violencia fronteriza y transfronteriza son una preocupación muy importante para la estabilidad en Siria.

La ofensiva del grupo HTS contra el régimen ha obligado al desplazamiento involuntario de al menos 374.000 personas a los países vecinos. Esto se suma a los millones de sirios que ya se habían desplazado en regiones internas o refugiados en países vecinos después de más de 13 años de conflicto.

Colapso de servicios básicos

Los servicios básicos e infraestructuras ya estaban al límite de su capacidad durante el gobierno de Assad. Después del conflicto, el país no está preparado para cubrir las necesidades básicas de la población en términos de:

  • Salud
  • Educación
  • Agua y saneamiento
  • Infraestructura
  • Vivienda

Inestabilidad y violencia

El nuevo gobierno Sirio con la influencia del grupo HTS tiene que conciliar con la idea de que El Ejército Nacional Sirio (ENS) y las Fuerzas democráticas Sirias (FDS) intentarán buscar un lugar en la nueva estructura de poder bajo la atenta mirada de Turquía. Y vigilar los movimientos de los grupos extremistas como Al-Qaeda y Daesh que intentan ganar influencia política en la región.

La reconfiguración del poder en Siria podría alterar los equilibrios geopolíticos, con Turquía buscando consolidar su influencia en el norte y Estados Unidos manteniendo su respaldo a las FDS. El éxito del nuevo gobierno dependerá de su capacidad para unificar a estos grupos diversos y establecer un sistema de gobierno inclusivo y estable.

Facciones en conflicto: HTS, ENS y FDS buscan el poder.

La reorganización del poder en Siria depende de la cooperación entre las principales facciones:

  1. Hayat Tahrir al-Sham (HTS): Controla el noroeste del país y lideró la ofensiva que derrocó al gobierno de Assad. Aunque asegura haber cortado lazos con Al-Qaeda, su influencia genera desconfianza internacional.
  2. Ejército Nacional Sirio (ENS): Apoyado por Turquía, opera en el norte y busca asegurar su participación en el nuevo gobierno.
  3. Fuerzas Democráticas Sirias (FDS): Controlan el noreste del país y aspiran a mantener su autonomía, con respaldo de Estados Unidos.

Estas facciones ahora se enfrentan al desafío de formar un nuevo gobierno y negociar el reparto de poder en una Siria post-Assad. La transición se prevé compleja debido a las diferentes ideologías, ambiciones políticas y respaldos internacionales de cada grupo.

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