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El gobierno de los Estados Unidos está preocupado por la violencia en El Salvador y la aprobación e implementación de la enmienda del 5 de abril al Código Penal por parte de la Asamblea Legislativa que criminaliza la denuncia de ciertas actividades de pandillas. La ley se presta a los intentos de censurar a los medios, impedir que se informe sobre corrupción y otros asuntos de interés público y silenciar a los críticos del gobierno salvadoreño.
Los periodistas deben tener la libertad de hacer su trabajo sin miedo a la violencia, las amenazas o la detención injusta.
Seguimos apoyando a El Salvador en sus esfuerzos por reducir la proliferación de pandillas. Desde 2008, hemos invertido $411 millones para mejorar la seguridad ciudadana y ayudar al gobierno salvadoreño a combatir la violencia de las pandillas. Los ejemplos incluyen la construcción de un laboratorio forense de última generación en Nuevo Cuscatlán y la asistencia en la recuperación y renovación de espacios públicos como el Parque Cuscatlán.
Estamos profundamente preocupados por el aumento de la violencia y los asesinatos cometidos por las pandillas MS-13 y Barrio 18 en El Salvador los días 25, 26 y 27 de marzo.
Las pandillas representan una amenaza a la seguridad nacional para El Salvador y los Estados Unidos. Instamos a El Salvador a enfrentar esta amenaza mientras protege las libertades civiles vitales, incluida la libertad de prensa, las garantías del debido proceso y la libertad de expresión.
Ahora más que nunca, la extradición de los líderes de las pandillas es fundamental para enfrentar la justicia en los Estados Unidos.
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