lunes, marzo 24

El profesor y el reloj robado: El valor de educar en sociedad

El profesor y el reloj robado comienza con el encuentro de un joven docente con un anciano jubilado, que parece disfrutar de un momento tranquilo en el parque. El joven se acerca con una sonrisa y le pregunta con curiosidad:

— ¿Me recuerda usted?

El anciano lo observa detenidamente y niega con un gesto amable:

— Lo siento, no, hijo, mi memoria ya no es la misma.

Entonces, el joven, con admiración en la mirada, le responde:

— Fui alumno suyo, y ahora también soy profesor.

El anciano, sorprendido y complacido, le pregunta:

— ¿Y por qué decidiste ser profesor?

Con una sonrisa cargada de gratitud, el joven responde:

— Porque usted me inspiró. Quise ser como usted.

Intrigado, el anciano lo escucha mientras el joven le relata una historia que cambió su vida para siempre:

“Un día, en clase, un amigo mío trajo un reloj nuevo, magnífico, y decidí robárselo. Se lo quité de su bolsillo. Poco después, mi amigo notó el robo y se quejó a usted, que era el profesor”.

Entonces usted habló a toda la clase: – «Alguien ha robado el reloj de este chico. Quien lo robó, que lo devuelva». Pero yo no quise devolverlo.

El maestro que dio una lección a su alumno: la historia del reloj robado

Profesor y reloj robado, lección de educación.

Usted cerró la puerta de la clase, mandó a todos ponerse de pie, para buscar uno por uno en sus bolsillos de todos, hasta encontrar el reloj. Mandó a todos cerrar los ojos, para que nadie le viese buscando.

Cuando llegó a mí, encontró el reloj y lo recuperó. Pero siguió fingiendo buscar en los bolsillos de todos. Cuando terminó, dijo: «Pueden todos abrir los ojos. Ya tenemos el reloj». No me dijo usted nada. Jamás mencionó aquel suceso. Nunca dijo a nadie quién había robado el reloj.

Ese día, usted salvó mi dignidad para siempre. Fue el día de mayor vergüenza de mi vida. Pero también fue el día que salvó mi dignidad de convertirme en un ladrón, quedando arrojado al desprecio. Nunca se supo nada.

“Usted me dio una lección moral impagable. Yo capté el mensaje: entendí qué debe hacer un verdadero educador. ¿Se acuerda de ese episodio, maestro?”.

El profesor respondió: – «Recuerdo la situación, el reloj robado, que busqué en todos, etc. Pero no te recordaba… ¡Porque yo también cerré los ojos y no miré la cara a ninguno, mientras buscaba el reloj!»

Educar es pulir figuras excelsas, con el material más valioso.
Enseñar es hacer a los alumnos ser más grandes y más nobles.
Un profesor debe mover a ser mejores, a superarse y a esforzarse.
Un maestro anima al alumno a crecer y a dar lo mejor de sí mismo
“.

Un estudiante se labra a conciencia, como el mármol más fino.
Corregir no es rebajar, ni menos humillar… Es pulir y mejorar
.
¡Enseñar es contagiar y llenar de alegría e ilusión por aprender!”.

Profesor y reloj robado: Cuento anónimo

1 comentario

  • Fidel Berdial

    El profesor y el reloj robado es para mi una gran lección de educación y de impregnar valores en los seres humanos.El profesor de una forma Salomónica(sabia) resolvió devolver el reloj a su dueño e hizo cambiar la actitud del ladrón(para bien) sin humillarlo publicamente.

Comentarios cerrados.

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