El dilema del prisionero o prisoner’s dilemma es una situación en la teoría de juegos recogida en 1950 por Merrill Flod y Mervin Dresher, dos científicos de un laboratorio de ideas conocido como la corporación RAND. El dilema surgió durante los años de la Guerra Fría, cuando la administración de USA supo que había perdido la ventaja competitiva del Proyecto Manhattan después de conocer que su rival, URSS, había desarrollado y probado armas nucleares. Así surgió lo que conocemos como Prisoner’s dilemma, cuando la RAND corporation comenzó a estudiar qué es lo que USA tenia que hacer con las armas nucleares.
Teoría del juego: origen del dilema del prisionero (prisoner’s dilemma):
La fórmula original de esta teoría de juegos es de los matemáticos Merrill M. Flood (1951; 1952) y Melvin Dresher (1950) a principios de la década de los 50. Pero es Albert W. Tucker (1950) quien terminó de definir el juego añadiendo las recompensas penitenciarias y y presentando el problema al público como lo conocemos hoy.
El dilema del prisionero, ¿tú qué harías?
El enunciado del dilema del prisionero formulado por Albert W. Tucker dice así:
- La policía acaba de arrestar a dos sospechosos de un crimen. No se han encontrado pruebas suficientes para condenarlos y, tras haberlos separado, un oficial de policía los visita a cada uno y les ofrece el mismo trato. Si uno confiesa y su cómplice no, “el cómplice será condenado a cinco años de prisión mientras que el delator será liberado”. Por el contrario, si uno calla y el otro confiesa, “el primero recibirá esa pena y el segundo será quien salga libre”. Pero si los dos confiesan el crimen, “cada uno recibirá menor condena, de sólo cuatro años”. Si ninguno de los dos confiesa, “ante la falta de pruebas, pasarán un año en la cárcel acusados de un cargo menor”.
El dilema nuclear
Durante la Guerra Fría, cuando las dos potencias habían conseguido igualdad estratégica respecto a armamento, el dilema era saber si era conveniente atacar al enemigo primero o no atacar. Aparentemente, la mejor estrategia sería atacar primero al rival a modo de prevención. Esto provocó una carrera competitiva por parte de USA y URSS hacia la fabricación de una gran cantidad de armas nucleares. Lo que significaba que un ataque disuasorio simplemente iba a significar el inicio trágico de las dos superpotencias. así es como los dos bandos comprendieron que lo mejor era no utilizar las armas nucleares con el fin de reducir costes humanos, y económicos a nivel de infraestructuras.
Este dilema aparece en muchos aspectos de la vida y se puede formular de muchas formas, ya que afecta a todos los animales de la tierra. Imagina un accesorio personal que un reducido grupo de personas empieza a utilizar, y que poco a poco todos deciden usar. Con el paso del tiempo, nadie se beneficiará de la ventaja competitiva de usar ese accesorio ya que todos se verán igual. Pero lo tienen que seguir utilizando para no estar en desventaja ya que su uso se ha vuelto algo cotidiano.
Solución al dilema del prisionero: prisoner’s dilemma
Cooperar o no, racionalmente no habría que cooperar si pensamos de manera individual. Pero el ser humano es un animal social y por eso la solución al dilema del prisionero está en la cooperación de las dos partes. Si ambos lados intentan elegir de manera independiente la mejor alternativa a seguir, terminarán en una posición peor que la que hubieran alcanzado si hubiesen cooperado desde un principio.
Esto es lo que el politólogo Robert Axelrod trató de descubrir creando un concurso de programas informáticos que con unas estrategias predefinidas, compitieron por la puntuación en una sucesión de rondas definidas.
TIT FOR TAT: la mejor estrategia
El programa ganador tenía una estrategia llamada TIT FOR TAT, cuya estrategia consistía en empezar la ronda colaborando y en las siguientes rondas replicar la decisión anterior del oponente. De manera que, si el oponente no colaboraba en la ronda anterior TIT FOR TAT no colaboraba en la siguiente ronda.
El problema de la estrategia TIT FOR TAT es que siempre ganará pero si se enfrenta contra otra estrategia similar solo podrá empatar pero nunca perder.
Otras estrategias como Friedman o Joss resultaron ser eficaces pero no ganadoras. Esto demostró que la mejor estrategia en el dilema del prisionero (prisoner’s dilemma) es ser bueno en primer lugar, ser vengativo en el momento preciso, ser indulgente sin rencores sobre las acciones pasadas y ser claro.
Esto fue muy significativo para el politólogo Robert Axelrod, porque en la vida cotidiana no siempre hay que buscar vencer sobre los demás. Un empate también es una situación en la que los dos lados ganan por un bien común, si trasladamos este resultado a las relaciones internacionales es comprensible el porqué USA y URSS nunca utilizaron directamente sus armas nucleares sobre el territorio del oponente.
Adam Smith dice que cada individuo que hace lo que es mejor para sí mismo producirá el “mejor” resultado para la totalidad de los individuos. Pero el dilema del prisionero parece demostrar totalmente lo contrario. ¿Cuál sería tu solución?