Los mensajes privados entre Sánchez y Abalos
La filtración de mensajes privados entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el exministro José Luis Ábalos ha provocado un auténtico terremoto político y mediático. El contenido de estas conversaciones, relacionado en parte con el denominado caso Koldo, ha sacado a la luz no solo vínculos personales entre ambos, sino también críticas internas al seno del PSOE, estrategias de control político y una creciente tensión en la cúpula del partido.
Según diversas fuentes, la filtración se habría originado a partir de memorias USB incautadas en el domicilio de Koldo García, exasesor de Ábalos, durante un registro judicial. Parte de ese material incluiría intercambios entre Sánchez y Ábalos donde se hacen referencias directas a dirigentes del PSOE como Javier Lambán —a quien Sánchez habría calificado de “petardo” tras un tuit en apoyo al rey Felipe VI— o Guillermo Fernández Vara. Además, Ábalos habría compartido con el presidente conversaciones privadas con otros barones del partido, lo que, según algunos analistas jurídicos, podría constituir una posible revelación de secretos.
Los mensajes privados de Pedro Sánchez a Ábalos presionando a los barones del PSOE
Uno de los mensajes más comentados y citados en medios como Periodista Digital muestra un tono emocional y cercano: «He echado de menos trabajar contigo, también tu amistad». Otros, en cambio, reflejan una actitud más crítica: Antena 3 reveló que Sánchez se refería a los barones díscolos como «unos hipócritas», mostrando el nivel de fractura interna que vive el partido.
Las reacciones no se han hecho esperar. Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, ha declarado que Sánchez y Ábalos eran «uña y carne», según recogió el Diario de Sevilla, y ha señalado directamente al exministro como posible origen de la filtración. En palabras a El Confidencial, Page apuntó que «los mensajes son una prueba de la tensión del PSOE».
Crónica Balear fue más allá al afirmar que los mensajes desvelan cómo se habría gestado el control interno del PSOE, revelando maniobras para presionar a sectores críticos del partido. En paralelo, El Debate ha destacado el cambio de postura del jefe de gabinete de Sánchez, Óscar López, quien en el pasado defendía filtraciones cuando perjudicaban al PP, pero ahora las condena cuando afectan al Ejecutivo socialista.
Desde el Gobierno, la preocupación no parece centrarse tanto en el contenido como en el hecho mismo de la filtración. La procedencia exacta aún no ha sido confirmada, pero se especula con que podría provenir de entornos policiales o judiciales, dado que el material no habría sido entregado formalmente a las partes personadas en la causa. Esto ha abierto la puerta a interpretaciones sobre una posible maniobra para presionar políticamente a Pedro Sánchez en un momento especialmente delicado.
Esta polémica llega pocos días después de que el presidente retomara su agenda pública, tras un breve período de reflexión provocado por las informaciones sobre su esposa, Begoña Gómez, también envuelta en el foco mediático y judicial. La concatenación de escándalos ha generado una ola de tensión política y especulación sobre el liderazgo de Sánchez, mientras el PSOE enfrenta una de sus mayores crisis internas en años.

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