
Después de meses de espera para los cinéfilos, se ha conocido por fin la candidatura española a los Premios Oscars: La trinchera infinita de Jon Garaño, Aitor Arregi y José Mari Goenaga.
La trinchera infinita ha sido la elegida para los Oscars
Aunque en esta sección hemos querido rescatar también los otros dos filmes finalistas, para evocar su interés y reivindicar su memoria, para que quienes no los hayan visto se animen a revisarlos.
Las tres películas tienen un tono medio muy digno y unas pretensiones culturales muy sobresalientes. Destacan con solvencia sobre el conjunto de lo estrenado recientemente.
En cada una se tratan asuntos merecedores de consideración por el gran público: la represión franquista tras la guerra civil, la vida carcelaria como experimento educativo y la difícil adaptación a la vida común de un pirómano regenerado.
La trinchera infinita, “Aislamientos distintos con sentimientos compartidos“.
Con el título de La trinchera infinita, estrenada en septiembre de 2019, y dirigida por tres cineastas curtidos como son Jon Garaño, José Mari Goenaga y Aitor Arregi; se narra la peripecia de un republicano escapado de la represión tras el fin de la guerra civil, en un pequeño pueblo andaluz. Para escapar de la búsqueda que emprenden los franquistas, se esconde en un zulo de la cocina de su casa, en el que vivirá 30 años asistido por su esposa.
Cuando comienza a salir ocasionalmente, advierte la imposible convivencia con sus vecinos, que lo rechazan, y se agrava por las dudas y el sufrimiento de su esposa, que tiene que hacer milagros para respaldarle y darle cobertura.
“El hoyo expone de manera implacable la vida carcelaria en nuestra sociedad actual“.
La segunda película que estamos recomendando, titulada El hoyo, se estrenó en la plataforma Netflix, el mismo mes del año pasado que la finalmente escogida. Está dirigida por Galder Gaztelu-Urrutia con un planteamiento atrevido y muy impactante.
Que expone de manera implacable cómo es la vida carcelaria en nuestra sociedad actual. Pese a estar ambientada en una prisión fantástica, con más de trescientas plantas unidas por una plataforma-montacargas repleta de comida, dispuesta para consumir por cada pareja de presos que conviven en cada celda.
La disposición cruel del sistema se proyecta de forma que en las plantas superiores los penados pueden elegir la comida recién servida; aunque solo tienen unos minutos para consumir lo que escojan, ya que la “mesa” sigue hacia abajo, dejando para comer lo sobrante a los que están ubicados en los pisos inferiores. El espectador participa, en todo momento de esa tensión; en la que los protagonistas tienen que comer con las manos y rápidamente, pues la plataforma-montacarga no espera, y no se puede guardar nada.
Las parejas de presos están sometidos a las carencias de la celda y a las normativas crueles impuestas por los organizadores, que no se sabe quiénes son. Solo se ven cuando los penados son recibidos y asignados a la celda donde cumplirán su condena.
Todo el filme tiene un aire metafórico y repugnante, por la necesidad de comer apresurados los restos que van dejando unos a otros, todo en mezcolanza, como auténticos animales.
O que arde: Las impresionantes imágenes de los incendios en esta película ponen de manifiesto la tragedia constante en el monte gallego.
O que arde, era la tercera en discordia, que se estrenó el mes de octubre de 2019. Nos traslada al norte de España, con un producto medio documental y de ficción, dirigido por el gallego Oliver Laxe. En la que narra las vivencias de un pirómano que regresa a su aldea en Lugo, luego de cumplir condena por haber incendiado un monte cercano.
Rechazado por sus vecinos, tiene que sobrevivir con una anciana, un perro y unas vacas, reflexionando sobre sus actos y la consideración de la gente sobre su desidia y maldad. Mientras la actitud de un joven bombero contrasta con la del antiguo delincuente.
Las impresionantes imágenes de los incendios anonadan y ponen de manifiesto la tragedia constante en el monte gallego, a la que no queda más remedio que hacer frente como una maldición de la naturaleza, sumada a la mala gestión de los humanos que lo sostienen.
En resumidas cuentas, recomendamos estas tres excelentes películas, aunque la Academia del Cine Español haya elegido para enviar a los Oscars la primera de ellas, La trinchera infinita. Que ha sido seleccionada entre 58 largometrajes, por lo que nos congratulamos.
Ojalá en la ceremonia del 25 de abril, en Hollywood, consiga el Galardón o al menos quede nominada como ‘Mejor Película Extranjera’. De todas formas, ya fue premiada en el Festival de San Sebastián en 2019 y en los Premios Goya, con el ‘Mejor Sonido’ y Belén Cuesta como ‘Mejor actriz protagonista’.
Este es un cine nacional que incita a la reflexión, a la vez que entretiene.
Luis-Lorenzo, ciudadano entusiasta del cine español.
Madrid, 3 de noviembre de 2020