Ciudadanos insolidarios e irresponsables en tiempos de coronavirus
Desde que se dieron las primeras autorizaciones de desconfinamiento por la pandemia del coronavirus (o incluso durante el mismo), se han venido produciendo en todo el territorio español casos de reuniones ilegales de “marchosos”, que se lo pasan en grande ignorando las normas de obligado cumplimiento para todos los ciudadanos.
Además, aunque nos digan que han sido denunciados y multados, no nos lo creemos, porque tenemos la certeza de que seguirán organizándose. Y que lo único que han hecho es cambiar de lugar.
No es cosa de demonizar a los jóvenes como irresponsables, que lo son. Sino de llamar la atención sobre su comportamiento insolidario para con todos los demás que sí estamos cumpliendo con las normas colectivas.
Solo exigimos empatía hacia los más vulnerables y que no se desperdicien los esfuerzos de tantos. Durante meses se estuvo demandando acabar con el mando único y que se delegase en las Comunidades Autónomas. No obstante, parece que a algunas les ha venido grande y empezamos a entrever que quizás hubo un apresuramiento innecesario por la desescalada.
¿Fue buena idea pasar de la fase 1 del confinamiento a la 3? ¿No se podría haber esperado un poco más? ¿Tantos servicios eran esenciales al mismo tiempo?
La antinomia turismo/dinero, frente a salud/confinamiento, ha sido debate nacional durante semanas y ahora vemos, con disgusto y frustración que las prisas por abrir negocios paraturísticos no están funcionando como ellos querían.
Se eligió primar la economía frente a la prudencia sanitaria y más los jóvenes, y los que ya no lo son tanto, decidieron que ellos también podían elegir sin contar con el resto…
Pero las consecuencias ya las sabíamos, los rebrotes y la marcha atrás en determinadas medidas. ¿Tendremos que volver al confinamiento de manera lenta pero casi irreversible?
Los insolidarios y los irresponsables nos han llevado a un callejón sin salida ante el coronavirus
Hay que recordarles a quienes nos han llevado a esta situación que sus actos sólo han tenido un objetivo: sus beneficios personales. Frente al grueso de la población que nos hemos mantenido en la cuerda floja, entre el miedo, la prudencia y la psicosis. ¡Que si ellos querían vivir sus experiencias con el virus no nos obliguen a los demás a secundarles!
Millones de españoles han mantenido la distancia, se han puesto la mascarilla y guardan todas las precauciones necesarias. Sin embargo los disidentes, disconformes y desobedientes nos han llevado a un callejón sin salida, y ahora toca pedir ayuda a Papá Estado, para que nos rescate utilizando el dinero público.
Su comportamiento se asemeja al de los evasores de impuestos, que nos dejan con las deudas, mientras ellos se desvanecen a disfrutarlo en paraísos fiscales. Estos comportamientos degradan nuestra imagen en el exterior y en el interior, y como siempre lo pagamos TODOS.
Luis-Lorenzo, ciudadano solidario y pagano con los impuestos.
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