
La detención de Óscar Sánchez Gil, exjefe de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF) de la Policía Nacional en Madrid, ha destapado uno de los casos más graves de corrupción institucional en España. Tras un registro en su domicilio y oficina, las autoridades incautaron 55 bitcoins (equivalentes a 3,7 millones de dólares), más de 20 millones de euros en efectivo ocultos en una pared falsa, y cerca de un millón de euros en su despacho de la Jefatura Superior de Policía. Además, se descubrieron 11,3 millones en USDT-Ethereum y 2 millones en USDT-Tron, sumando un patrimonio ilícito estimado en 43 millones de euros.
Óscar Sánchez Gil, exjefe de UDEF acumuló una fortuna de 43 millones colaborando con el narcotráfico internacional.
Sánchez Gil, de 49 años, dirigió durante más de cinco años la UDEF en Madrid, tras destacar previamente en la Unidad de Droga y Crimen Organizado (UDYCO), donde se especializó en combatir el narcotráfico digital. Su expediente intachable se desplomó cuando la “Operación Augur”, iniciada en 2023, reveló su vinculación con una trama internacional de blanqueo y tráfico de cocaína. Según investigaciones, el exagente cobraba un porcentaje por cada tonelada de droga introducida en España, operando bajo la protección de su cargo.
La Operación Augur y el mayor alijo de cocaína en España.
La operación se realizó en el Puerto de Algeciras (Cádiz), donde la Guardia Civil interceptó un contenedor con 13 toneladas de cocaína camuflada en piñas contaminadas, el mayor decomiso realizado en el país. Una fuente policial anónima confirmó que el cargamento, vinculado a la red de Sánchez Gil, estaba destinado a financiar operaciones de lavado mediante empresas pantalla. Investigaciones posteriores sugieren que esta modalidad se repitió durante al menos seis años, aunque se desconoce el volumen total de droga importada a España.
Tras la pista del dinero, las autoridades identificaron a Alejandro Salgado Vega, alias El Tigre, un madrileño de 46 años radicado en Dubai, como cerebro de la operación. Salgado Vega, ya fichado por operaciones antidroga anteriores, habría reclutado a Sánchez Gil para blindar el transporte de cocaína desde Sudamérica y blanquear beneficios mediante criptomonedas y cuentas en paraísos fiscales. Entre estas, destaca una cuenta en Irlanda con 25 millones de dólares en divisas tradicionales y virtuales.
Lavado de dinero mediante criptoactivos y empresas fantasma
El exjefe policial utilizó su conocimiento institucional para evadir controles. Según el informe judicial, intentó convertir 16 millones de euros en criptomonedas días antes de su arresto en noviembre, aunque la mayoría de sus activos ya estaban digitalizados. Además, canalizó fondos a través de empresas en seis países —entre ellos Panamá, Luxemburgo y Singapur— usando testaferros, e implicó a familiares directos, incluida su esposa, en la gestión de inversiones.
La investigación, coordinada con Europol y autoridades de Emiratos Árabes, continúa abierta para determinar el alcance de la red en Europa y América. Mientras Sánchez Gil enfrenta cargos por blanqueo, cohecho y asociación ilícita, España ha iniciado trámites para extraditar a Salgado Vega, cuyos abogados niegan toda vinculación.
Este caso, calificado por el Ministerio del Interior como “un golpe histórico al crimen organizado”, ha reabierto el debate sobre los mecanismos de supervisión interna en las fuerzas de seguridad y los riesgos del uso de criptomonedas en delitos transnacionales.

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